Ingredientes:
- 1 kg. de naranjas, ya peladas, sin nada de blanco de la corteza, ni pepitas, y cortadas en trocitos.
- 500 -750 g. de azúcar
- 1 vaso de agua (unos 200 ml.)
- 1 c.s. de jengibre rallado fresco
- 1 c.s. de ralladura de naranja fresca
- tiritas muy finitas de corteza de naranja, sin parte blanca
- el zumo de medio limón
Elaboración:
- Lo primero que haremos será lavar las naranjas y rallar la piel de dos o tres muy superficialmente. Pelamos, limpiamos todo el blanco y cortamos las naranjas. Tener cuidado con las pepitas, porque amargan mucho.
- Las pondremos a cocer en una cacerola, junto con el azúcar, el vaso de agua y la ralladura de las naranjas y el zumo de limón. Iremos removiendo de vez en cuando para que no se pegue en el fondo y para que la fruta se vaya deshaciendo. A mí me gusta hacerlo a fuego lento, pero si tenéis algo de prisa subirlo teniendo cuidado.
- Mientras, cortaremos pequeñas tiras de piel, que limpiaremos perfectamente de la parte blanca y las blanquearemos en un poco de agua hasta que hierva. Esto lo podremos hacer un par de veces para que queden más suaves.
- A media coción añadiremos el jengibre rallado.
- No dejar de remover.
- Es importante hacerlo a fuego bajo, para que no se pegue el azúcar y nos dé un sabor fuerte.
- Veremos cómo va haciendo mucha espuma y va reduciendo el volúmen. Eso significa que el agua evapora y el azúcar empieza a caramelizar. Adquiere mucho brillo y el color va oscureciendo. La espuma la podéis ir retirando con una espumadera mojada en agua.
- Tendrá que cocer alrededor de una hora, pero sabremos que tiene un buen punto cuando pongamos una gota en un plato y al enfriar quede cuajada, como endurecida.
- Entonces retiraremos del fuego y cuando haya enfriado un poco lo pasaremos por un chino y lo volveremos a poner al fuego, muy despacio y solo un ratito con nuestras tiras de piel blanqueadas, sin dejar de remover.
- Es el momento de volcar nuestra mermelada en los tarros esterilizados. Antes de cerrarlos hay que dejarlos enfriar totalmente. Yo los dejo de un día para otro. Entonces los tapas, los etiquetas y a disfrutar.
Nota: Cada uno tiene el punto de dulce de sus mermeladas. Esta de naranja a mí personalmente me gusta con la mitad de peso de azúcar que de naranja, ya pelada, pero a mis hijos les gusta algo más dulce. Ir probando, hasta encontrar vuestros gusto personal.También dependerá de la acidez de la fruta, a principios de temporada son algo más amargas y al final más dulces.
Otra nota: Para esterilizar los tarros de cristal sólo tenéis que ponerlos a hervir, junto con sus tapas, bien limpitos en agua, unos diez minutos. Los sacáis con cuidado y los dejáis enfriar boca abajo en un trapito limpio.
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